Gracias a Cecilia…
Después de una corta experiencia como pescador con la gente local, a mi llegada a esta ciudad, La Heróica Cartagena, decidí que era mejor estar en tierra y dedicarme a la búsqueda de un local donde preparar ceviches y escuchar música mientras trabajaba. Pensaba que así no tendría que soportar los avatares de altamar y quizá podría navegar mejor.
Mi madre, la señora Cecilia Galvis, un día mientras caminaba por la ciudad amurallada descubrió el local situado en la calle Stuart 7- 14 y no dudó un segundo en decirme, casi a manera imperativa, “Aquí es! Esto es lo que usted necesita y punto!”
Mi compañera en ese entonces, Patricia Moreno, arquitecta, trabajó incansablemente hasta darle la cara y el estilo a ese pequeño espacio. Contaba con lo básico, entre ellas una estufa eléctrica de 2 fogones, una fuerza increíble de trabajo y la colaboración de Fernando Baldovino, un muchacho de Magangué que no te tenía ni la más mínima idea de cocina y hoy es chef director de uno de los mejores restaurantes japoneses de Medellín.
Frescura Pura
Son muchas las historias y cambios desde el año 2001, cuando ese pequeño localito descubierto por Cecilia terminó siendo mi ancla a tierra. Pero la esencia y alquimia no cambian: seducir paladares y generar buena energía a través de la delicias del mar y los sabores exquisitos de una inmensa variedad de frutas y verduras que ofrece este país diverso, un lujo para chefs y comensales.
Si tuviera que resumir lo que es mi restaurante lo definiría como el lugar donde se unen el azul y el blanco del mediterráneo con la infinita gama de colores del Caribe, el aceite de oliva con el coco, el vino con el ron, mis ganas de viajar y vivir frente al mar. Es un sueño, que no para y existe gracias a todas las personas que nos han visitado y que nos visitan hoy.
La Cevicheria se ha logrado con un gran esfuerzo por transmitir y expresar la naturalidad y frescura que nos caracteriza a través de nuestras manos, nuestra sonrisa y nuestro trabajo.